domingo, 17 de junio de 2012


No nos cansemos de hacer bien
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos; Gálatas 6:9
El término cansancio significa falta de fuerzas, desvanecimiento, desfallecimiento, desaliento. El cansancio puede ser producto del desgaste físico, así como producto del desgaste mental y emocional. Hacer bien se traduce del término griego "ENGKAKEO" que significa "hacer lo que uno sabe que es lo correcto, por difícil que sea hacerlo o por mucho que eso demande"; dicho de otro modo "hacer bien" es obedecer a Dios viviendo por el Espíritu.
Es debido a la gran exigencia que requiere "hacer bien" que el Apóstol Pablo dice inspirado por el Espíritu Santo que "no nos cansemos" de hacer bien, que no desmayemos, desfallezcamos, en la obediencia a Dios.
Un ejemplo de "hacer bien", de hacer lo que uno sabe que es lo correcto lo encontramos en 1ª Samuel capítulos 18 al 31. Estos capítulos nos narran lo difícil que fue para David "hacer bien", el precio que tuvo que pagar para hacer lo que el sabía que era lo correcto. Todo comienza con la victoria de David sobre Goliat, pues la hazaña de David venciendo al gigante filisteo desencadenó una terrible y despiadada persecución sobre él a manos de Saúl, debido a que la victoria de David produjo los cánticos de las mujeres del pueblo que daban mayor honra a David que a Saúl, despertando esto en Saúl una gran envidia; 1ª Samuel 18:7,8. Esta envidia en Saúl lo llevó a procurar la muerte de David en dos ocasiones. La primera la leemos en 1ª Samuel 18:8-11, la segunda en 1ª Samuel 19:9,10; además trató de hacerlo caer en manos de los filisteos, exigiendo de él cien prepucios de filisteos; 1ª Samuel 18:22-25. A pesar de estos intentos fallidos de muerte de Saúl sobre David, David se condujo prudentemente; 1ª Samuel 18:14, dicho de otro modo, hizo lo que sabía que era lo correcto, pasando por alto los intentos fallidos de muerte de Saúl, aunque no era fácil.
Esta situación llevó a David a tomar la decisión de huir (aunque su huida no era por falta de valentía) a Ramá, cerca del profeta Samuel. Oyendo Saúl que David está en Naiot en Ramá, manda mensajeros para que traigan ante él a David, lo cual era un intento más de hacer daño a David, pero David huye de nuevo y se encuentra con Jonatán hijo de Saúl, a quien David le descubre sus interrogantes, "¿Qué he hecho yo?¿Cuál es mi maldad, o cual mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?"; 1ª Samuel 20:1. Los capítulos 21 a 23 narran la vida errante de David en Nob, Gat, Cueva de Adulam, Mizpa de Moab y el bosque de Haret.
Si nos detenemos a reflexionar sobre todo esto entenderemos que David poco a poco se estaba cansando, tanto físicamente (por la huida continua de un lado a otro), como mentalmente (por las continuas interrogantes acerca de los intentos de muerte por parte de Saúl), aunque vemos el continuo esfuerzo de David por obedecer a Dios, que es lo que hace todo aquel que hace el bien, pues en 1ª Samuel 24:1-13 leemos que Saúl fue puesto en las manos de David para que este hiciera con el lo que le pareciera, perdonándole David la vida; "He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné..., Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo tú andas a la caza de mi vida para quitármela. Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti."; 1ª Samuel 24:10-12 y apelando a un proverbio de los antiguos que decía: "De los impíos saldrá la impiedad", dando a entender David que él hacía el bien y no el mal.
Hasta aquí David se había conducido prudentemente pero llegó el momento en que David hizo algo impropio de aquellos que como él quieren hacer el bien, tratando de matar a Nabal, algo que el mismo había dicho era una impiedad; pues él consideró el quitarle la vida a un semejante como una impiedad. Era evidente que David estaba agotado, cansado de soportar tanta impiedad, pero Dios no permitió que el cometiera la impiedad de matar a Nabal, haciéndole razonar por medio de las palabras sabias de la mujer de Nabal, el cual dijo a Abigail mujer de Nabal; "Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases, y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano. Porque vive Jehová Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a nabal ni un varón"; 1ª Samuel 25:32-34. David se dio cuenta que debía tratar del mismo modo a Nabal y a Saúl, dejando la venganza y la justicia en las manos de Dios, aunque estuvo a punto en el caso de Nabal de hacerlo el mismo.
En ocasiones, movidos por el deseo de hacer justicia y no seguir soportando la impiedad, hemos pensado tomarnos la justicia por nuestra propia mano, sin pensar que Dios tiene su tiempo, su momento para hacer justicia. Recordemos que Dios siempre ve nuestra obediencia y lealtad, las cuales no dejará sin recompensa.
Llegó el momento de Dios honrar a David, ante tanto esfuerzo por hacer el bien, ya que David había demostrado querer hacer lo correcto a pesar de que fue francamente difícil, pues la insistente persecución de Saúl sobre el se lo había puesto difícil. Y Dios honró a David, haciendo justicia primero con Nabal, quien había pagado a David mal por bien, hiriéndolo de muerte; "... Jehová hirió a Nabal, y murió"; 1ª Samuel 25:38, y después haciendo justicia con Saúl quien había procurado su muerte, como el mismo David había demandado de Dios; "Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad;... como tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción"; 1ª Samuel 26:23,24, muriendo Saúl a manos de los filisteos y quedando David libre de la aflicción que por tanto tiempo había soportado.
Amado hermano y compañero, el momento de Dios honrarte y hacer justicia llega (es a su tiempo), pues también Dios conoce tu continuo esfuerzo por hacer lo correcto. No te canses de "hacer bien" por difícil que sea hacerlo o por mucho que eso demande, recordemos cual es nuestra obligación siempre. Sepamos que si no desmayamos en la obediencia y lealtad, también Dios nos honrará como lo hizo con David.
Dejemos que Dios haga justicia; "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor"; Romanos 12:19