domingo, 22 de febrero de 2009

COMENTARIO DE LA SEMANA

La verdad es que me llama la atencion que algunas personas; apesar de que he tratado de ser lo mas biblico posible y con todos los argumentos e informacion que he podido recopilar referente a los comentarios anteriores de la santidad externa tengan comentarios tan mediocres como decir simplemente no estoy de acuerdo. Me gustaria que al menos los que visitan este blog y tienen a bien dejar un comentario a favor y en contra tengan la valentia de cristiano de dejar su mail y hacerse responsable de sus palabras como lo hago yo;lo cual no me retracto de ninguna de mis palabras. Es facil tirar la piedra y esconder la mano. demuestrenme biblicamente que estoy equivocado y me retractare de mis dichos. La pregunta que yo les hago a los detractores de esta posicion biblica es ¿cuando Cristo venga les va a llevar solo el puro corazon? entonces es legitimo ver los coros ;como los estamos viendo ahora con pokemones y pelolais ? tipos con aros hasta en la lengua pero no importa total el Señor quiere el puro corazon.
Mis amigos sin santidad nadie vera al Señor.

miércoles, 18 de febrero de 2009



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martes, 17 de febrero de 2009

EL COMENTARIO DE LA SEMANA

La Vestimenta - Parte 3
Pautas a seguir para vestirnos Llegados a este punto, debemos preguntarnos; ¿cómo deberíamos vestirnos los creyentes en la actualidad, ya que no disponemos de las mismas prendas de vestir que los antiguos?, ¿existen pautas en las Escrituras acerca de cómo hemos de vestirnos en la actualidad? Lo primero que tenemos que hacer es recordar el origen del vestido en la vida del hombre, que no es otro que el de cubrir su desnudez. Esto es, y será valido para cualquier generación, sea la edénica o la actual, pues Dios sigue considerando la desnudez como algo vergonzoso. El Señor Jesús escribe a la iglesia que está en Laodicea al respecto y le dice: "Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas"; Apocalipsis 3:18, es decir, le pide que se vista para que no se descubra la vergüenza de su desnudez. También en Apocalipsis 16:15 leemos "He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza". La demanda divina es que nos cubramos, de manera que no se vean o se descubran las partes de nuestro cuerpo que son menos honestas, y aún las que lo son. El Apóstol Pablo escribiendo a los Corintios dice: "á aquellos miembros del cuerpo que estimamos ser más viles, á éstos vestimos más honrosamente; y los que en nosotros son menos honestos, tienen más compostura"; 1ª Corintios 12:23, indicando, que miembros como los pies y el vientre considerados mas viles (lit. menos honrados), aunque no lo son, los vestimos más honrosamente calzando los pies y cubriendo el vientre, y miembros menos honestos como los genitales son cubiertos con compostura por las gentes de cualquier clase social, aún por los salvajes o no civilizados. En Juan 21:7 podemos leer lo siguiente: "Entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, dijo á Pedro: El Señor es. Y Simón Pedro, como oyó que era el Señor, ciñóse la ropa, porque estaba desnudo, y echóse á la mar" (versión RV 1909), y la pregunta que inmediatamente surge es, ¿por qué Simón Pedro se ciño (vistió) la ropa cuando oyó que el Señor estaba frente a él?. En primera instancia responderíamos, "porque estaba desnudo" (solamente con la ropa interior), pero analizando más a fondo el suceso, podemos ver la verdadera razón por la cual Simón Pedro se vistió su ropa, pues dice la Palabra de Dios que lo hizo cuando "oyó que era el Señor" el que hablaba con ellos, es decir, se vistió porque sintió la misma vergüenza ante el Señor a causa de su compostura, que sintió Adán cuando oyó la voz de Dios en el huerto estando Adán tan solo con un delantal, es decir, desnudo. Simón Pedro no estaba completamente desnudo, pero se había despojado de suficiente ropa como para sentirse avergonzado. Recordemos que el no vestirse de manera adecuada, o andar escaso de ropa es considerado desnudez. La manera adecuada de vestirse la establece el Espíritu Santo inspirando a los Apóstoles Pedro y Pablo, quienes escribieron sobre el asunto de manera clara y contundente. En 1ª Timoteo 2:9 el Apóstol Pablo da directrices acerca de cómo debemos vestirnos, en concreto como lo han de hacer las mujeres cristianas; "Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos". Veamos esas directrices dadas por el Apóstol Pablo: • "ropa decorosa"; 1ª Timoteo 2:9 DecorosaEl término griego para decorosa/o es "kósmios", que quiere decir propiamente ordenado, decoroso, decente. Las mujeres cristianas deben vestirse con ropa decente, que no promueva la ostentación, la vanidad, y mucho menos que despierte pasiones carnales en el sexo opuesto. La ropa masculina en la mujer esta fuera de orden, no reúne los requisitos que se demandan a una mujer cristiana. Una prenda masculina que no debe vestir una mujer es el "pantalón", pues como hemos visto con anterioridad es una prenda masculina, que se incorporó al vestuario femenino fruto de un espíritu de rebelión y que rompe con el orden establecido por Dios de vestirse según la naturaleza de cada uno, violando la identidad. Para la sociedad actual que sigue las pautas que dicta la "moda" esto es inaudito, absurdo, anormal, pero no olvidemos que nosotros no somos del mundo, y que las pautas acerca de cómo nosotros hemos de vestirnos las establece Dios en su palabra y no la "moda" o el mundo. • "con pudor y modestia"; 1ª Timoteo 2:9 PudorEl término griego para pudor es "aidos", que sugiere sentido de vergüenza arraigado al carácter. Aidos siempre detendría a una persona buena de cometer un acto indigno. Las mujeres cristianas deben vestirse según el sentido de vergüenza del que han sido dotadas por el Espíritu Santo de Dios, por lo tanto, deben abstenerse de usar ropa que descubra las partes de su cuerpo que son menos honestas, y aún las mas honestas. Prendas como las minifaldas, las trasparencias y los top no deben ser utilizadas por las mujeres cristianas. Los escotes exagerados y las blusas sin mangas también deben ser evitados. La ropa ajustada al cuerpo, que lo marca resaltando su forma, no es propia para una mujer con sentido de la vergüenza, o como dijera el Apóstol Pablo, para una mujer que "profesa piedad". No solo en su forma de vestir la mujer cristiana ha de mostrar su sentido de la vergüenza, sino también en su comportamiento y actitud. Un ejemplo de cómo no debe comportarse una mujer cristiana lo encontramos en Isaías 3:16, donde Dios por medio del profeta Isaías revela el comportamiento desvergonzado de las hijas de Sion, ◦ cuellierguidas (con orgullo, altivas) ◦ ojos desvergonzados (lascivos) ◦ andan danzando (con coquetería) ◦ haciendo son con los pies (llamando la atención) ModestiaEl término griego para modestia es "sofrosune", que denota recto juicio de la mente, cordura, dominio propio. Sofrosune es aquel control interno habitual del yo, con su refrenamiento constante de todas las pasiones y deseos, que estorbaría que surgiera la tentación sobre estas, o en todo caso que surgiera con tal fuerza que venciera los controles y las barreras que aidos, (pudor) le opusiera. Las mujeres desde siempre se han sentido atraídas por los complementos y adornos diversos, los cuales tienen la finalidad de cambiar la apariencia, y seducir a los hombres. En 2ª Reyes 9:30, Ezequiel 23:40, y Jeremías 4:30 se menciona un complemento como el antimonio, un polvo de dicho metal de color negro, que usaban las mujeres orientales para pintarse los ojos para que estos parecieran mayores y brillantes. Las mujeres orientales lo copiaron de los egipcios, quienes fueron los pioneros en esto de pintarse o maquillarse, usando el antimonio para pintar los párpados de los ojos y el oxido de hierro natural para pintar los labios. Las mujeres cristianas deben soportar la tentación de utilizar complementos y adornos que cambien su apariencia, ya que la belleza no esta en el exterior sino en el interior; 1ª Pedro 3:3,4. En su rostro debe estar el rubor de la modestia en lugar de la pintura. El Apóstol Pedro armoniza con el Apóstol Pablo en su primera carta enfatizando que el adorno en las mujeres no debe ser exterior. Adornos • "no con peinado ostentoso"; 1ª Timoteo 2:9 El término griego que se traduce como ostentoso es "plegma", que significa lo que es tejido. La idea es la de ornamentación del cabello. Los griegos acostumbraban a lucir peinados rizados o encrespados con la incorporación de cintas, en algunos casos de oro. Se conocen algunos peinados griegos como el "perlado" que consiste en cabellos largos sobre la espalda, divididos en mechones, y estos divididos a su vez en segmentos. También sobre la cabeza el peinado está ordenado en forma de perlas y sujeto por una cinta. En la Época clásica y helenística, el peinado en la mujer varía mucho, siendo frecuente el peinado de "lampadión" (antorcha en griego). El cabello va peinado hacia atrás y envuelto en una banda de la que sobresalen las puntas como las llamas de una antorcha. El recogido puede llevarse en la frente o detrás de la cabeza. El peinado en forma de melón goza de gran preferencia e incluso es llevado por reinas y emperatrices romanas. En él, el cabello es dividido en diversos fragmentos que se peinan hacia atrás torneados o tirantes y allí se forma una trenza o un moño. Cada generación tiene sus propias marcas características de mundanalidad. En la actualidad las marcas características de mundanalidad son otras, por ejemplo, los colores diversos con los que las mujeres se tintan el cabello, aunque no faltan los cortes de cabello con estilo masculino y los cortes con estilo heredado de artistas diversos. El cabello de la mujer cristiana no debe servir en absoluto para lucir peinados promotores de la ostentación, para lucir colores varios, o cortes de todo tipo, como en la actualidad muchas mujeres acostumbran a hacer. La compostura del cabello es en la mujer un rasgo distintivo de su identidad y no debe ser alterado de ningún modo, y el hacerlo es una vergüenza; 1ª Corintios 11:6. Como castigo por su conducta las hijas de Sion fueron rapadas, lo cual hizo Dios para su vergüenza; Isaías 3:17,24. • "ni oro, ni perlas"; 1ª Timoteo 2:9 El término griego traducido como oro es "jrusós", que da la idea de artículo de oro como ornamento. El uso de diversos artículos de oro como adornos para el cuerpo se remonta al 3.000 A.C. durante la época babilónica, asiria y sumeria, como lo demuestra la Escritura al decir que el mayordomo de Abraham obsequió a Rebeca con alhajas de plata y de oro; Génesis 24:53. El uso de estos adornos estaba vinculado a la idolatría por estos pueblos, fue por ese motivo que Jacob de regreso a casa de su padre se detuvo en Bet-el con su familia y les exigió que se despojaran de los ídolos y los adornos vinculados a los ídolos, como los zarcillos; Génesis 35:2-4. Pero los más apasionados en el uso de artículos de oro y otros metales como adornos para el cuerpo fueron los egipcios. Los artículos más usados por los egipcios eran los brazaletes, los collares, los pectorales y los anillos. Aunque el artículo más popular entre los egipcios fue el pendiente o zarcillo, usado tanto por hombres como por mujeres. Uno de sus faraones, Akenaton, fue el que introdujo la perforación del lóbulo de la oreja para lucir este adorno. En el éxodo de Egipto, junto a los hijos de Israel, salieron una multitud de toda clase de gentes que se mezcló con los hijos de Israel; Exodo 12:38 y que hizo tropezar a los hijos de Israel; Números 11:4. Estas gentes practicaban la idolatría y usaban los adornos de los egipcios, como lo demuestra el suceso en el monte Sinaí; Exodo 32:1-4. Más tarde esta práctica fue algo habitual entre los hijos de Israel, por lo que Dios profirió palabras de castigo contra ellos; Oseas 2:13. El resultado de utilizar este tipo de adornos fue tan degradante entre las mujeres israelitas, que el Señor les aseguró quitaría estas cosas de entre ellas; Isaías 3:18-21. Para algunos profesantes de hoy el utilizar adornos de oro u de otro metal no representa nada, ni entraña ningún mal el utilizarlos, pero si no es así, ¿porque el Espíritu Santo profirió palabras de castigo contra los que practican tales cosas?. Los que profesamos piedad sabemos discernir cuando algo no es grato a los ojos de Dios, y el uso externo de adornos de cualquier tipo no lo es. • "espíritu afable y apacible"; 1ª Pedro 3:4 En 1ª Pedro 3:4 el Apóstol Pedro señala cual a de ser el adorno del creyente. El adorno debe ser el interno, el del corazón, un adorno incorruptible que surge de un espíritu afable y apacible. El término griego para afable es "praús" que significa humilde, manso, afable. En Mateo 11:29 el Señor Jesús dijo: "...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón..." pues él, mejor que nadie adornó su vida, tomando forma de siervo y sujetándose al Padre en todo. En contraste al orgullo, la altivez y la ostentación que promueven los adornos exteriores, los creyentes han de adornar su vida con la humildad que nace de un corazón regenerado y que conduce a la mansedumbre y la paz. El término griego traducido como apacible es "esuchios", adjetivo que denota la tranquilidad que surge del interior, no causando perturbación a otros. La señal de identidad del creyente es precisamente la tranquilidad que surge de un corazón confiado en Dios, y que no se mueve ante la prueba y la adversidad. Cualquier otro adorno que no sea este, no responde al mandamiento del Espíritu Santo que inspiró a estos santos hombres de Dios a escribir sobre este particular. La pauta para vestirnos esta establecida en la Palabra de Dios y no podemos decir o argumentar que Dios no se fija o tiene en cuenta esto, pues Dios nunca da instrucciones por medio del Espíritu Santo en vano. Seguir las instrucciones de la Palabra de Dios sobre este particular no es opcional es un deber de aquellos que profesamos piedad.

lunes, 9 de febrero de 2009

COMENTARIO DE LA SEMANA

Lunes 9 de Febrero de 2009

La Vestimenta - Parte 2
La naturaleza, determinante en la ropa Después de considerar el trasfondo histórico del vestido, es necesario que consideremos la naturaleza del hombre (varón y hembra) como una influencia directa en el uso, estilo y forma de vestir. Es razonable considerar la naturaleza del hombre ya que esta nos enseña que respecto a la naturaleza somos diferentes, dice Génesis 1:27 "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó". Según las Sagradas Escrituras Dios creó al hombre como "varón" y "hembra", haciendo diferencia entre ambos mediante el sexo (biológicamente hablando), actualmente denominado también como género. Además el Apóstol Pablo dice: "la naturaleza misma ¿no os enseña...?"; 1ª Corintios 11:14. Esa diferencia en la naturaleza fue determinante a la hora de vestirse, pues Deuteronomio 22:5 dice "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace". Como podemos observar, se determina según la naturaleza que la mujer a de vestir un tipo de ropa y el hombre otra, además se utilizan términos diferentes. Para la palabra traje respecto al hombre se utiliza el término hebreo kelí, mientras que para la palabra ropa respecto a la mujer se utiliza el término hebreo simláh. Estos términos son los que marcan la diferencia en la vestimenta del hombre y la de la mujer. El fin de esto por parte de la Divinidad, no era, ni es otro, que el de que no se alterara la identidad de los seres que Dios había creado. Para Dios era y es importante que los hombres se vistan según la identidad con la que el nos creo, pues lo contrario es una alteración de dichas identidades, y eso es para Dios "abominación", del hebreo toebáh, que se refiere a algo asqueroso o repugnante, cosa detestable. La perdida de la identidad (abandono del "uso natural"; Romanos 1:26,27) conduce a la corrupción, por eso para Dios es abominación. Algo que diferenciaba a la mujer del hombre y que formaba parte de su identidad era una prenda de vestir llamada "velo", del hebreo tsaíf, con la cual se cubrían, como vemos en Rebeca al ver esta a Isaac; Génesis 24:65. Otros términos traducidos como "velo" los encontramos en Ruth 3:15 y Isaías 3:22,23, donde se traduce del hebreo mitpákjtat y radid. El uso del velo fue algo natural en la mujer y se extendió hasta la dispensación eclesiástica, periodo en el que el Apóstol Pablo hace mención de él vinculándolo a la mujer como prenda que la identifica; 1ª Corintios 11:15, y estableciendo al mismo tiempo un paralelismo entre el velo y el cabello, el cual dice el Apóstol Pablo es el velo natural de la mujer, que es otro rasgo distintivo de la mujer. Había también otro tipo de prendas que diferenciaban a la mujer del hombre que eran de uso deshonesto y que utilizaban las rameras; Proverbios 7:10. Un ejemplo de esto lo encontramos en Ezequiel 23:40,44 donde Israel y Judá son simbolizados por medio de dos mujeres llamadas Ahola y Aholiba, las cuales son presentadas como rameras, y donde se describe su comportamiento. Como dijera el Apóstol Pablo la naturaleza misma nos enseña y debemos seguir su consejo, vistiéndonos según nuestra identidad. La ropa en la actualidad El tiempo es otro de los factores que ha influido en el uso, estilo y forma de vestir. El uso del vestido estuvo por mucho tiempo vinculado a la vergüenza, pero llegaron los años en los que se incorporaron determinadas prendas de vestir en nuestra sociedad que no solo alteraban la identidad del hombre sino que además rompían con los valores morales que por mucho tiempo habían sido de gran importancia en la sociedad. Llegó un momento en el que determinados hombres comenzaron a influir en nuestra sociedad por lo que hoy se conoce como la "moda", y tal fue su influencia, que la sociedad comenzó e vestirse según las tendencias que estos hombres proponían. Es cierto que factores bélicos, políticos, económicos y artísticos influyeron también a la hora de confeccionarse la ropa, pero no pueden ser estos factores los que determinen como se ha de vestir el hombre, pues por encima de todo están los valores morales que preservan a la sociedad de la corrupción y degradación. En la actualidad la llamada "moda" sigue estableciendo las tendencias en la ropa que los hombres han de vestir, y no solo eso, sino que además hay un rechazo social hacia aquellos que no van a la "moda". La llamada "moda" incluso a llegado a influir en la salud, sobre todo de mujeres jóvenes, desencadenando enfermedades como la anorexia. La palabra "moda" del francés mode significa "uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos". El término es de origen francés, pues fue en París, Francia, entre los años 1912 y 1914 donde la "moda" comenzó y se desarrolló, aunque también en Londres, Gran Bretaña, en aquellos años se innovó en la vestimenta, sobre todo masculina. Una de las prendas de vestir que suscitó grandes debates en la sociedad del siglo XVIII y que alteró con su uso la identidad del hombre, fue sin lugar a dudas el "pantalón". Un personaje cómico del folklore italiano del siglo XVII llamado Pantaleone daría nombre, a través de su conducta y atuendo, a esta prenda esencial de la indumentaria masculina tal como la conocemos hoy, ya que el pantalón como indumentaria masculina fue utilizado por diversos pueblos indoeuropeos como los celtas, escitas, iranios y germanos entre otros, los cuales le daban el nombre de "braga" (Bracae). Este personaje llevaba unos pantalones unas veces tensados entre el tobillo y la rodilla, y otras sueltos y colgantes como una falda. En Francia, él y su prenda de vestir eran llamados "Pantalón", y en Inglaterra, "Pantaloon". Fue en el siglo XVIII que el pantalón consiguió una difusión total, y durante mucho tiempo fue una prenda exclusivamente masculina, dando origen por este hecho a una frase de todos conocida "Llevar los pantalones". El inglés George Bryan Brummell fue el que patentó el pantalón tal como lo conocemos hoy en 1830. El debate se suscitó cuando en 1851 la neoyorquina Amelia Jenks Bloomer, una pionera del feminismo, empezó a aparecer en público con unos pantalones bombachos y una túnica corta, que había copiado de una amiga suya llamada Elizabeth Smith Miller, convirtiendo los pantalones, una prenda exclusivamente masculina, en el uniforme de la rebelión feminista. De este modo se inició el declive de la antigua frase de quién ha de llevar los pantalones en la familia, ya que el pantalón se incorporó años más tarde por medio de la "moda" al vestuario de la mujer. Fue la diseñadora de "moda" Coco Chanel quien le dio un toque femenino y lo popularizó en todas las clases sociales. Otra prenda que suscitó no solo debate sino escándalo en el siglo XIX fue el llamado traje de baño. La creación de esta prenda fue el pretexto perfecto para la exhibición en público de la desnudez. Las playas son los terrenos sociales en los que se llevan a cabo estos juegos de seducción y exhibición, o de vestido y desvestido, convirtiendo a los hombres y mujeres en auténticos objetos de deseo. La más conocida entre las prendas de baño es el Bikini. Este traje de baño femenino de dos piezas fue creado en Francia en 1946 por el ingeniero francés Louis Réard. El nombre fue tomado del atolón de Bikini en las islas Marshall, donde en 1946 Estados Unidos realizó pruebas con bombas atómicas. La palabra fue asociada con ese atolón debido a la declaración de la primera mujer que lo lució, Micheline Bernardini, la cual dijo: "Señor Réard, su bañador va a ser más explosivo que la bomba de Bikini".