viernes, 9 de marzo de 2012

EL VIEJO PREDICADOR (1)


A todo amante de la verdad le gusta oír a un buen predicador:a un predicador fiel y valiente que no tema decir toda la verdad.Tales predicadores no abundan en nuestros días;pero hay un predicador que sigue predicando día tras día,año tras año, con la misma fidelidad, de siempre,y no se deja influenciar por las opiniones de nadie,ni se adapta a los tiempos cambiados. Ha predicado ya por mucho tiempo, y en realidad es el predicador mas viejo del mundo;pero no ha disminuido la fuerza de sus platicas.Lo que dice es muy convincente, y nadie se atreve a contradecirle.Con todo, no es popular,aunque tiene por parroquia al mundo entero.Visita al rico y al pobre, y todos le escuchan con respeto.
Es elocuente.Mueve y despierta los sentimientos y emociones mas hondas, como nadie ha podido hacerlo; y hace brotar lagrimas de ojos poco acostumbrados a llorar.Dirige la palabra al entendimiento, a la conciencia, y al corazón de sus oyentes.Nadie ha podido refutar jamas sus argumentos,ni hay corazón que haya quedado del todo insensible ante sus predicas.Predica a ala gente de toda religión, y la que no profesa ninguna; y aunque es aborrecido de la mayor parte de los hombres, de una u otra manera se hace oír de todos.
No es refinado ni cortes.Hasta a veces interrumpe los actos públicos y las funciones sociales y se entremete en los placeres privados de quienes ni desean verle.Ronda las puertas del teatro y del salón de bailes, y nunca esta muy lejos de la taberna.Entra lo mismo en el claustro del religioso, como en la fabrica y la carcel; y no hay castillo ni palacio que le espante.Su nombre es La Muerte.

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